arteyvida
lunes, 27 de diciembre de 2010
REQUIEM PARA SU MUERTE
Se canso de ella
y disparó
a su cien
con mis ojos.
Ella era tan fría,
tan blanca
y tan vacía
como una piedra
de telgopor
que guarda solvente
en su interior.
Ahora mira crecer las flores
desde su raíz.
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