Cuando te miro a los ojos
y no estás en tu casa
yo me acuesto a tu lado
y espero que tú alfombra
voladora me venga a buscar
para poder llegar a tocar tus dedos
que se entrelazan con los míos
mientras juego a los besos improvisados
y juntos, de la mano, volvemos
en la alfombra con flores de Arabia.
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